domingo, 2 de marzo de 2014

Infeliz.



ESPERÁNDOTE.

Como cada tarde te esperaba junto al puente,
pues hacía ya tiempo que había aceptado que era yo
quien debía esperar siempre.
La noche iba enviando hacia casa
a todos los que a mi alrededor pasaban,
excepto a una mujer,
quien se detuvo no muy lejos de mí,
encendió un cigarro y miró hacia el río que llevaba al mar
tras fumárselo lo lanzó al agua
y nada más tocó la ceniza incandescente el agua
ella fue detrás,
de repente,
el grito de una mujer,
           la carrera de algunos hombres,
           la estéril valentía de algún héroe del tres al cuarto,
           mientras la corriente se la llevaba a la oscuridad.
Luego llegaste tú, con retraso convertido ya en virtud
y nos alejamos de allí,
al preguntarme qué era aquel jaleo
te contesté que alguien acababa de realizar su sueño
a pesar de que aquel grupo de gente quisiera despertarle.
Creyeron que harían una buena obra
salvando a aquella infeliz.
                     
                          "Ahora que nuestros héroes han muerto"
                                David Tijero Osorio.