miércoles, 19 de octubre de 2011

Pegaso





Pegaso es recio, culón, paticorto, con los pies peludos, su piel no es suave como el algodón, ni su aliento fresco como la mañana. Pero me siento muy vivo cuando se acerca a paso lento, desde lejos y le doy a oler mi mano y él resopla y yo le acaricio rascándole el cuello. Cuando empieza a entrecerrar los ojos le pongo ya la otra mano en la frente, le espanto las moscas y apoyo mi cabeza en la suya para oler a pasto humedo, a tierra llovida, a Norte; y siento su nobleza.