domingo, 25 de noviembre de 2012

LA SOLEDAD DEL AZAR



Nos pasamos la vida intentando adelantarnos o descubrir el destino, el sino, la voluntad de los dioses. Es por ello que  cuando nos sorprende la vida, el azar, nos sentimos desamparados, solos, insuficientes en nuestra individual presencia.  Perdemos las guías e incluso las creencias. Los iconos se funden en el barro del que dicen nos hicieron y las estrellas se nublan. No hay rumbo, por mucho que te empeñes, ni para ir a la esquina, ¡figúrate si vas a la vuelta de la esquina! ¿Con qué te sorprenderá la vida, el azar?  ¿A qué muerto te agarrarás para que no te lleve el viento?

El título de esta entrada es homónimo de un libro de relatos de Juan Cobos Wilkins, cuya lectura recomiendo. Su lenguaje es siempre elegante y lleno de humana sensibilidad, incluso para hablarnos de la parte menos agradable del ser humano.  Si te gusta leer por el placer de leer, por "observación de la belleza". Las obras de Juan te gustarán, sin duda.

martes, 13 de noviembre de 2012

MICRORRELATO: AUSENCIA.


Hace treinta y cinco grados de calor, una humedad que empapa, pero tú solo sientes ausencia y eso que el tren apenas acaba de marchar.
Haces planes para la noche. Leeré para no pensar en el olvido. Un gintonic tampoco me vendrá mal. Solo pensarlo y sientes la acidez del limón en tu boca, mezclada , agitada, pastosa, pesada como una losa. ¡Mierda, un pareado! Es toda la poesía que te queda.

lunes, 5 de noviembre de 2012

MICRORELATO 2


Lo que son las cosas, vuelves la esquina y ... Eramos pocos... y ha muerto tu madre. Por lo menos has visto a tus hijos, aunque sea en un funeral, y ahora hablas con Manolo, que siempre ha sido muy cortés. La tristeza te sienta bien. El negro afina tu figura y tus brazos al aire piden consuelo.
Sigues sin verme. Yo a lo mío, con mi duelo, con tu duelo,  sigo haciendo fotos.
MICRORELATO 1


Allí vienes, arrastrando la compra y el cansancio. El viento marca tus formas en el vestido; te miro con deseo, pero tú ni me ves.  Los hijos no es que no te llamen, es que ni siquiera te contestan y Manolo, lejos,  sigue ganando carreras, rodeado de copas y niñas preciosas que le besan sonrientes. ¿Qué has hecho mal? ¿Tendrías que doparte tú  también? Yo espero a que pases y sigo haciendo fotos.